Aunque el hielo del Ártico se derrite, en el gobierno de Donald Trump, más que un drama ecológico, ésta parece ser una oportunidad comercial a explotar, al dejar ver una nueva ruta para los buques de carga, consignó Miami Herald.

El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, lo expresó en Rovaniemi, en el Ártico finlandés, con los cancilleres de los ocho países miembros del Consejo Ártico: Canadá, Dinamarca, EE. UU., Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia. "Las reducciones constantes del hielo marítimo abren nuevas rutas navales y nuevas oportunidades para el comercio al reducir potencialmente en 20 días el tiempo que necesitan los buques para navegar entre Asia y Occidente", dijo.

Según el secretario de Estado, las rutas marítimas del Ártico podrían convertirse en los canales de Suez y Panamá del siglo XXI. En tanto, el canciller finlandés, Timo Soini, cuyo país entregará la presidencia bienal del consejo, comentó que no hubo declaración final debido a que EE. UU. se negaba a aceptar un texto que mencionara el cambio climático. Sólo se emitió un comunicado conjunto que reafirmaba el "compromiso de mantener la paz, la estabilidad y la cooperación constructiva en el Ártico".

No obstante, Pompeo reconoció que había inquietudes ambientales y dijo que "el gobierno de Trump comparte su profundo compromiso con la administración ambiental". Agregó que el Ártico siempre ha sido un ecosistema frágil y que su protección es una responsabilidad compartida. El secretario de Estado defendió también la decisión de Trump de retirar a EE. UU. del acuerdo climático de París , pese a que un informe de la ONU sobre biodiversidad advirtió que más de un millón de especies vegetales y animales enfrentan la amenaza de extinción.