La Autoridad Portuaria de Barcelona (España) ha reducido el impacto medioambiental en sus instalaciones, debido a los nuevos límites de azufre impuestos por la Organización Marítima Internacional (OMI). Gracias a estos cambios, se mejora la calidad del aire en todos los sectores que desarrollan su actividad laboral cerca de los puertos y las zonas de navegación.

Asimismo, la regulación mejorará la situación actual de los medios terrestre y marino, ya que disminuirá la lluvia ácida y la acidificación de los océanos. La Autoridad Portuaria considera de vital importancia cambiar su operativa para que sea más sostenible, por lo que se han tomado medidas concretas, como la reducción de las emisiones de los buques, las del tráfico rodado y las de la maquinaria de las terminales.

El enclave barcelonés también se ha preocupado por fomentar el uso del transporte ferroviario y el Transporte Marítimo de Corta Distancia, así como la movilidad sostenible de las empresas portuarias. En la actualidad, el recinto portuario catalán se ha enfocado en adoptar un nuevo modelo basado en energías renovables, relacionado con los objetivos comunitarios y de la OMI derivados del Acuerdo de París para la reducción de emisiones de cara a 2050.

Cabe destacar que, la Autoridad Portuaria tiene como objetivo promocionar la generación de energía renovable, fotovoltaica y eólica en sus instalaciones, la promoción de nuevos combustibles de cero emisiones para los buques, vehículos pesados y maquinaria, y la electrificación de los muelles para que los buques puedan parar sus motores durante la estancia en el puerto.

Las medidas se deberán mantener aunque se reciba una mayor cantidad de tráfico. En este sentido, el Puerto de Barcelona espera recibir un total de 861 escalas hasta el próximo 31 de diciembre, lo cual se traduce a una media de 2,3 cruceros al día. De hecho, el recinto portuario tendrá la visita de más de 850 buques a lo largo del año, no obstante estarán repartidas.