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Covid-19 revela debilidades y redirecciona la cadena de valor global
来源: 编辑:编辑部 发布:2020/09/04 11:39:43
La crisis causada por la pandemia de Coronavirus (Covid-19) ha amplificado las profundas fallas en el funcionamiento de las cadenas de valor mundiales (CVM) y ha puesto de manifiesto la fragilidad de un modelo caracterizado por las grandes interdependencias entre las empresas líderes y los proveedores ubicados en varios continentes, señala un artículo de Piergiuseppe Fortunato, Oficial de Asuntos Económicos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo Unctad.
Explica que todo esto se produce en un momento en que la producción oportuna de productos críticos es más importante que nunca, en medio de una pandemia que ha bloqueado vastas zonas del planeta y limitado las actividades económicas de una forma sin precedentes.
Fortunato indica que las tendencias de la tecnología y la globalización, así como el marco reglamentario vigente desde principios del decenio de 1990, han fomentado la deslocalización masiva de actividades de bajo valor añadido y sensibles a los salarios en la parte inferior de las cadenas de valor hacia economías en desarrollo con una capacidad productiva limitada. Por el contrario, las tareas intangibles como la investigación y el desarrollo, el diseño, la comercialización y la creación de marcas, basadas en recursos y capacidades singulares difíciles de adquirir, se siguen realizando en gran medida en los puntos donde se basan las empresas, lo que genera rendimientos superiores, a menudo en forma de rentas.
La fragilidad y el rol de la tecnología
No obstante, la persistente incertidumbre relacionada con el desplazamiento del epicentro de la pandemia de una región a otra, y la inestabilidad paralela que afecta a los costos de producción, dificultan la reanudación de los negocios a escala mundial, lo que lleva a muchas empresas a reducir o paralizar sus actividades de producción. Al mismo tiempo, los aumentos temporales de la demanda de ciertos commodities no han sido satisfechos por el aumento de la oferta, ya que, con el modelo actual, los cambios drásticos en la escala de producción podrían no ser fácilmente absorbidos después de la vuelta a la normalidad. Prueba de ello es la escasez de productos muy necesarios como mascarillas y respiradores.
Según Fortunato mucho antes de Covid-19, las tecnologías de la industria 4.0 ya estaban fomentando una reorganización de las CVMs que implicaba una importante reubicación (y reorientación) de las actividades productivas.
Desde la perspectiva de una empresa líder, la industria 4.0, en especial la automatización, desbloquea nuevas tecnologías de ahorro de mano de obra, que podrían reducir la dependencia de la mano de obra poco calificada en la fabricación y, por lo tanto, disminuir también los beneficios de la deslocalización.
Plantea además que la automatización también tiene importantes repercusiones en la geografía mundial de la producción, ya que las cadenas de valor adquirirán un carácter más regional y se acercarán a los mercados de consumo, donde los ecosistemas son más propicios para los negocios.
Reorientación y relocalización
Según el oficial de la UNTACD, el impacto del Covid-19 podría acelerar algunas las tendencias de reubicación y reorientación. Tanto la automatización como la reorientación permiten un ajuste más flexible a la demanda cambiante, mitigando los riesgos de las empresas en caso de pandemia u otras conmociones externas.
Además, las perturbaciones de la cadena de suministro y de los viajes causados por Covid-19 podrían socavar la integración económica y fomentar sistemas económicos autosuficientes, al menos en sectores estratégicos como el de los equipos médicos y los medicamentos.
Esta tendencia se refleja en el creciente número de prohibiciones y restricciones temporales a la exportación de productos críticos promulgadas por numerosos países después del brote.
Dado que la mayoría de las economías se encuentran en situación de bloqueo total o parcial y que el comercio y las inversiones se contraen, el futuro de la deslocalización es más incierto que antes de la pandemia.
La Organización Mundial del Comercio predice una caída del comercio de entre el 13% y el 32%, mientras que la UNCTAD estima una contracción de la inversión extranjera directa de entre el 30% y el 40% durante 2020 y 2021.
Reorientar
La reorientación es un desafío para la economía del país receptor. El proceso puede causar importantes costos económicos y sociales mucho más allá de las pérdidas inmediatas de empleo y rotación de negocios. Las deslocalizaciones, de hecho, se filtran rápidamente a la economía local, afectando a la cadena de suministro local, la oferta de servicios locales y (a mediano y largo plazo) la calidad de la infraestructura, a menos que se establezcan estrategias específicas.
La reconversión es posible, pero es necesario vigilar de cerca estos procesos para asegurar transformaciones efectivas y la renovación de las zonas anteriormente industrializadas.
Sin embargo, es poco probable que se automaticen cadenas de suministro completas, al menos en un futuro próximo. La automatización de ciertos componentes puede no ser factible o incluso deseable. Por ejemplo, debido a la escasez de trabajadores calificados, mientras que, en otros casos, las empresas multinacionales sólo disponen de información precisa sobre los proveedores que intervienen en dos o tres niveles de la línea de producción.
Esta falta de información, a su vez, a menudo vinculada a la subcontratación encubierta, como en el caso de la industria de la confección, puede crear obstáculos adicionales para el reajuste.
Además, factores como la creciente demanda de bienes de consumo de gama media, como la electrónica y las prendas de vestir en los mercados emergentes, podrían frenar la tendencia a la reorientación.
De hecho, especialmente en las Cadenas de Valor Mundiales, con gran densidad de mano de obra, las empresas multinacionales podrían encontrar más rentable desde el punto de vista económico mantener sus instalaciones de producción cerca de los (nuevos) mercados finales, donde los costos de la mano de obra son bajos y el suministro de trabajadores capaces de manejar máquinas complejas no basta para hacer viable la automatización.
Así, en un entorno tan complicado y rápidamente cambiante, los países en desarrollo deben concentrar sus esfuerzos en torno a tres esferas estratégicas de acción normativa: 1) La Diversificación de las tareas y actividades tradicionales, que pueden verse afectadas por la automatización; 2) Cadenas de valor regionales más sólidas a fin de diversificar el riesgo, reducir la vulnerabilidad, aumentar la capacidad de recuperación y fomentar el desarrollo industrial y 3) aumentar la reglamentación estatal, ya que los gobiernos necesitan que las empresas internalicen las diversas externalidades que sus decisiones de inversión e innovación producen en las comunidades donde operan, lo que no debería hacerse simplemente basándose en la responsabilidad social.