Los consumidores de uva en Norteamérica y fuera de ella podrían tener dificultades para encontrar esta apetecida fruta en los próximos meses. Los fuertes e inusuales aguaceros de finales de enero devastaron las uvas a punto de cosechar en Chile, el primer exportador mundial. El diluvio dejó inutilizable hasta el 40%, o 181,4 millones de kilos, de la cosecha chilena debido a daños como el moho, según el experto en uvas John Pandol, según reporta Bloomberg.

Todavía es demasiado pronto para ver un gran impacto en los precios del retail, con algunas variedades en los EE.UU. que ahora se cobran alrededor de un 5% más de lo que eran en esta época del año pasado, según datos del gobierno.

Sin embargo, un movimiento en los mercados mayoristas indica que pronto habrá precios más altos para los consumidores. El precio medio al por mayor de las uvas enviadas desde Chile a EE.UU. fue aproximadamente un 30% superior al del año anterior.

Un aumento del costo de la uva al por menor sería el último indicador de la inflación alimentaria, ya que las facturas de los alimentos están subiendo en todo el mundo, puesto que las cadenas de suministro siguen bloqueadas por la pandemia y las condiciones meteorológicas extremas amenazan la producción agrícola.

La uva es una locura

Se debe clarificar que "Las uvas de mesa son las variedades que se comen en la mesa. Las hay rojas y blancas, aunque en EE.UU. las blancas se conocen a menudo como uvas verdes. Las más ligeras fueron las más afectadas por las lluvias". En tanto, los bebedores de vino no deben preocuparse, ya que los varietales que se trituran para hacer esta bebida son una cosa completamente diferente y parecen bastante seguros por ahora gracias a que la temporada de cosecha chilena está más avanzada.

EE.UU. y Canadá normalmente habrían absorbido alrededor de la mitad de las uvas chilenas que se perdieron por las lluvias, lo que equivale a un 10% del consumo anual, dijo Pandol, el director de proyectos especiales de Pandol Bros., productor, importador y exportador de uvas y otros productos, basado en California.

"Los precios seguirán subiendo a medida que disminuya la oferta", dijo Mike Asdoorian, copropietario de DLJ Produce en California.

La escasez podría llegar a las tiendas de comestibles estadounidenses a finales de este mes y hasta mayo, especialmente en el caso de las uvas verdes, que son menos resistentes a las inclemencias del tiempo que las rojas. "A las uvas no les gusta la lluvia", dijo David Magana, analista senior de horticultura de Rabobank. "La fruta se parte".

Afortunadamente, el alivio llegará cuando la producción de México se ponga en marcha y el país comience a exportar, probablemente a finales de mayo, según Magana.

Mientras tanto, los cítricos y las fresas estarán entre los "mayores ganadores" del "grape-gate", dijo Pandol: "El consumo de frutas tiende a ser impulsivo, con la excepción de los plátanos", dijo Pandol. "La gente se decanta por lo que está en oferta o por lo que tiene buena pinta", aseguró.