Cuando las cosas pintaban mucho peor para sus intereses, Jungheinrich facturó apenas un 6,5% menos en 2020. Efectivamente la multinacional alemana, una de las principales fabricantes y distribuidoras de carretillas del mundo, ha brindado detalles sobre el cierre del año pasado, y hay varias cuestiones positivas a considerar.

El caso es que los números de 2020 de la europea han sido mucho menos graves de lo que se esperaba hasta hace sólo algunas semanas. Como bien explica el presidente del consejo de administración de Jungheinrich, Lars Brzoska, “teniendo en cuenta el trasfondo de las circunstancias y condiciones del mercado tan difíciles provocadas por la pandemia de covid-19, estamos satisfechos con la evolución del negocio de este año”.

Para ponerlo en cifras concretas, podemos decir que Jungheinrich registró una facturación de 3.809 millones de euros durante el ejercicio fiscal correspondiente al 2020, para un retroceso del 6,48% respecto a 2019, período en el que sus ingresos fueron de 4.073 millones de euros. En otras palabras, un año “normal” desde este punto de vista.

“Gracias a la rápida aplicación de medidas para reducir costes y mejorar la eficiencia, así como a nuestra firme decisión de asegurar la liquidez, conseguimos limitar los efectos negativos de la pandemia sobre nuestro negocio”, agregó el propio Brzosk, añadiendo que acabamos de atravesar “el año de la mayor crisis sanitaria y económica desde la Segunda Guerra Mundial”, lo que le da aún mayor valor a sus resultados.

Optimismo de cara al 2021

Ya pensando en el año en curso, Jungheinrich no sólo ha dejado en clara la apuesta por la energía verde en sus plantas de Alemania, sino que además es optimista acerca de su facturación. Incluso, sus previsiones indican que se moverán entre los 3.900 y 4.100 millones de euros, con posibilidades ciertas de hasta superar las ganancias de 2019.