Cuando quedan 40 meses hasta la fecha límite de septiembre de 2024 para que todos los buques cumplan la llamada norma D2 de la OMI sobre vertidos de agua de lastre, 35.000 buques aún no han instalado sistemas BWT para este propósito, expone Clarksons Research.

Dado este hecho, se prevé un brusco incremento de órdenes de adaptaciones de buques en este plazo, lo que obligaría a los astilleros de todo el mundo a realizar 875 instalaciones de sistemas de aguas de lastre al mes. "Es un 700% más de lo que hemos visto en los últimos años", dijo Per Nykjaer Jensen, director de EUMT Techcross Scandinavia, especialista danés en adaptaciones de buques.

La situación además podría provocar un enorme cuello de botella debido a la limitada capacidad de los astilleros, lo que aumentaría los costos de equipamiento e instalación, lo que podría llevar a los armadores en apuros a elegir astilleros y proveedores menos competentes, con equipos de baja calidad y falta de apoyo postventa, con el fin de terminar el trabajo a tiempo. "Será un tsunami para el sector, para todos. Sin duda tendrá un impacto en los precios y los plazos de entrega y la calidad del trabajo realizado al final", advierte Nykjaer.

"Los armadores corren el riesgo de llegar demasiado tarde. Es realmente urgente que empiecen a planificar ya la instalación de sistemas BWT para evitar un impacto negativo en el precio, la calidad y la entrega", advirtió igualmente Lianghui Xia, director general del grupo británico de reparación y modernización de buques Newport Shipping.

Según Xia, los armadores tienden a adquirir el equipo más barato para maximizar la rentabilidad, pero esto podría resultar una falsa economía debido a los costes de mantenimiento -o incluso de sustitución- del sistema BWT, que podrían ser más elevados a largo plazo. "El precio de un sistema BWT es sólo una parte de la ecuación de costos a la hora de seleccionar un proveedor, ya que el armador también debe tener en cuenta los costos generales del ciclo de vida del equipo, así como el costo del viaje, el costo de la adaptación y la duración de la estancia en el astillero", afirma.

"Es importante que los armadores seleccionen un astillero de confianza y un fabricante de equipos BWT con un historial probado de calidad y entrega, junto con una red de servicio fiable, que tenga un alto valor a largo plazo", añade.

Para hacer frente a la urgencia de las adaptaciones de BWT, el grupo de reparación y adaptación de buques Newport Shipping, basado en el Reino Unido, ha forjado una alianza con el especialista noruego en tratamiento de aguas de lastre Optimarin para suministrar el sistema BWT de este último.