El Índice de Felicidad de los Marinos (SHI), se lanzó por primera vez en 2015 y se relanzó en 2017. Es elaborado por la Missión to Seafarers en asociación con Wallem Shipmanagement y el Standard P&I Club.

Mission to Seafarers, que se remonta a 1856, es uno de los mayores operadores de bienestar portuario del mundo. Está basado en Londres y emplea a más de 70 personas de primera línea y unos 100 capellanes. Depende en gran medida de voluntarios que visitan los buques, siendo fundamentales para el funcionamiento de los Seafarers Centers (situados en 200 puertos de 50 países).

El SHI es un barómetro del estado de ánimo de la tripulación a bordo de los buques. Su metodología es bastante sencilla. El Índice se compone de un conjunto estándar de 10 preguntas que cubren áreas como la salud mental y física, la dieta, el descanso, la carga de trabajo, la conectividad, la formación, el acceso a acceso a permisos en tierra, así como las relaciones en casa y a bordo.

Las respuestas, que califican cada elemento de 0 a 10, son anónimas y se anima a los marinos a a completar sus respuestas durante cada nueva asignación a bordo de un buque. Los 10 componentes del índice son Bienestar, Carga de trabajo, Interacciones, Formación, Ejercicio, Alimentación, Salario, Vacaciones, Conectividad, Felicidad general.

Alrededor de la mitad, el 52%, de los encuestados trabajaba en un buque granelero, el 12% en un tanquero, el 10% en un buque de carga general y el 10% en un portacontenedores. Aunque el valor del índice del tercer trimestre ha aumentado, situándose en 6,6, parece que en general los graneleros son buques más "felices" mientras que los petroleros son buques "tristes". Más concretamente, el índice de felicidad se sitúa en 7,2 para los graneleros y en un pobre 5,98 para los petroleros.

En cuanto al rango del personal, el 53% de los encuestados eran oficiales y el resto, tripulantes no oficiales. El más feliz de todos los rangos fue el de capitán, con un índice de "felicidad" de 6,92, seguido del primer oficial, con 6,9. La clase menos feliz parece ser el tercer maquinista con un pobre 6,21. En cuanto a la tripulación, los más felices son los tripulantes de cubierta con un 6,7 y los menos felices los electricistas con un bajo 6,46.

El 96% de los encuestados son hombres y el 3% mujeres (este último porcentaje está por encima de la media del sector, que es del 1,2%, según el último análisis Bimco/ICS 2021 Seafarer Workforce Report 2021). El 1% restante no declaró su sexo. En general, las mujeres de mar eran "más felices", con un índice de 7,15 frente al índice masculino de 6,57.

Relación inversa

Alphabulk destaca una interesante relación lineal negativa entre la edad y la felicidad. La misma relación negativa puede observarse entre la duración de la asignación y el índice.

Como la "felicidad" es una cuestión subjetiva, es interesante observar a los encuestados por regiones geográficas. No es de extrañar que el mayor contingente de encuestados proceda del sudeste asiático, con un 47%. Le siguen Europa occidental, con un 10%, y el subcontinente indio con un 9%.

La felicidad varía significativamente según el origen geográfico: los marinos de Oceanía fueron los más felices de todos, con un índice con un índice muy alto de 8, mientras que los originarios de África y América del Norte son los más "tristes", con un índice de felicidad justo por debajo de 6.

Impacto del Covid 19

La vida de los tripulantes se ha visto enormemente afectada por la pandemia, desde la imposibilidad de desembarcar en los puertos, hasta tener que seguir trabajando meses después de la finalización de su contrato, debido a los impedimentos para enviar una tripulación de reemplazo.

La de marino ha sido probablemente una de las profesiones más afectadas por el COVID-19. En la actualidad, el SHI ha vuelto a su nivel anterior a la epidemia. En el informe que acompaña a la publicación del índice, la Misión no tiene una explicación clara, más allá de la percepción de una mejora en el flujo de comunicación entre tierra y buque.

• No obstante, el informe con una lista de elementos que, según los marinos encuestados, aumentarían la felicidad en el mar:
• Una comunicación respetuosa, abierta y honesta de los empleadores con los tripulantes.
• Una oferta de Internet de buena calidad para los marinos y una evaluación de los costes asociados.
• Ayuda y apoyo a los marinos para identificar los problemas de salud mental y cualquier cambio que puedan estar experimentando.
• Mecanismos inequívocos de denuncia de acoso, hostigamiento, victimización e intimidación a bordo. Un enfoque de tolerancia cero, pero con medios realistas y visibles para aplicarla.
• Evaluación del impacto de las tripulaciones multinacionales, especialmente cuando pueda haber problemas de aislamiento o falta de interacción por cuestiones lingüísticas.
• Garantizar que se aplique el sentido común y el pragmatismo cuando se desarrollen las normas o los sistemas a bordo, con la aportación y la respuesta de la gente de mar.
• Hacer que los marinos se sientan respetados y presionar más a las naciones para que los definan como trabajadores clave/esenciales.
• Proporcionar más vacunas para los marinos en los puertos. Debería compartirse a nivel mundial un sistema de mejores prácticas y lecciones aprendidas.
• Reconocer y comprender los desafíos de la contratación y la retención. Una evaluación honesta de las razones por las que los marinos no desean volver al mar, y las medidas para contrarrestarlo.
• Recalcular la remuneración de la gente de mar, teniendo en cuenta el aumento del costo de la vida y la probabilidad anticipada de que las fuerzas del mercado aumenten los salarios para un grupo cada vez más reducido de tripulantes experimentados.

La buena voluntad de los tripulantes

Alphabulk recuerda que tanto los armadores como los fletadores dependen de las habilidades y la buena voluntad de los marinos para que el buque y la carga lleguen a su destino. Una buena conexión por satélite para que la tripulación se mantenga en contacto con la familia y los amigos parece una petición razonable.

Algo que puede ser más difícil de implementar, ya que requeriría una discusión seria y unificada por parte de la industria, es el estatus de los marinos en la epidemia de Covid, cuando a menudo son tratados como parias. Además, parece que muchos marinos pueden ser reacios a volver al mar. Por supuesto, esto dificultará aún más los cambios de tripulación, creando un círculo vicioso.

En este sentido, la consultora advierte que se podría estar llegando a un punto de no retorno si no se toman medidas urgentemente. "El pánico irracional que rodea a la nueva variante, con todas las renovadas restricciones de viaje, no ayudará", sostiene finalmente.

Por MundoMarítimo