El puerto de Long Beach tuvo el mes de febrero más activo de su historia, movilizando 796.560 TEUs, un 3,2% más que en el mismo mes del año pasado. Las importaciones aumentaron un 4,4% hasta 390.335 TEUs, mientras que las exportaciones disminuyeron un 1,2% hasta 117.935 TEUs. En tanto, los contenedores vacíos movilizados por el puerto aumentaron un 3,5%, hasta 288.290 TEUs.

"Estamos moviendo cantidades récord de carga y poniéndonos al día con el actual aumento de las importaciones", dijo el director ejecutivo del Puerto de Long Beach, Mario Cordero. "Mientras tanto, estamos procediendo con medidas que necesitaremos a largo plazo, como el desarrollo de nuestra solución de datos Supply Chain Information Highway, que proporciona una mayor visibilidad de la carga, conectividad y previsibilidad".

"Nuestra plantilla de trabajadores sigue batiendo récords", afirmó el presidente de la Comisión Portuaria de Long Beach, Steven Neal. "Estamos colaborando con nuestros socios de la industria para mantener la cadena de suministro en movimiento de la manera más eficiente posible".

Aunque el comercio suele ralentizarse en febrero, ya que las fábricas del este de Asia cierran hasta dos semanas para celebrar el Año Nuevo Lunar, el Puerto estuvo más ocupado de lo habitual debido a los continuos trabajos para despejar las terminales marítimas y reducir el número de buques que esperan entrar en el Puerto. Además, El esfuerzo se vio impulsado por el regreso de los trabajadores a la cadena de suministro tras el descenso de los casos de COVID-19.

El Puerto ha retenido la puesta en marcha de una "tasa por sobrestadía de contenedores" que cobraría a las líneas navieras por los contenedores que permanezcan demasiado tiempo en los muelles. Aun así, los puertos de la bahía de San Pedro -Long Beach y Los Ángeles juntos- han registrado un descenso del 64% de la carga con sobrestadía en los muelles desde que se anunció el programa el 25 de octubre.

Se prevé que la actividad económica repunte después de que la inflación redujera el gasto de los consumidores durante el primer trimestre de 2022, pero sigue sin estar claro cómo afectará la guerra en Ucrania a la economía y a los mercados financieros. Además, los consumidores están comprando menos bienes y gastando más en cenas, entretenimiento y otros servicios debido al descenso de los casos de COVID-19.