Pagar a los marinos rusos y ucranianos que prestan servicio en el mar por el trabajo profesional que han seguido realizando durante la tragedia que se está produciendo en Ucrania ha puesto en jaque a los gestores de tripulaciones de todo el mundo. El problema no hará más que empeorar a medida que más bancos rusos sean bloqueados en las transacciones internacionales y las familias de los marinos ucranianos busquen seguridad en los estados vecinos, reportó Lloyd’s List.

Según el informe sobre la fuerza de trabajo de los marinos, publicado por BIMCO y la CámaraMarítima Internacional (ICS), hay unos 198.000 rusos que prestan servicio en el mar -el 10% de la fuerza de trabajo total-, de los cuales 72.000 son oficiales y 126.000 son marineros. En tanto, Ucrania cuenta con 76.000 marinos, o el 4% del total de la mano de obra, con 47.000 oficiales y 29.000 marineros.

El transporte marítimo está conmocionado por la rapidez con que han cambiado las cosas, dice Stuart Ostrow, presidente de soluciones de pago marítimo de la empresa estadounidense ShipMoney. "Todo el mundo nos ha pedido ayuda para pagar a los marinos rusos y ucranianos. Todos se están peleando".

Hace varios años se desarrolló una "tarjeta virtual" para el sector de los cruceros, que tradicionalmente pagaba a todo el personal de los buques en efectivo. En ese sentido, Ostrow "vio una oportunidad interesante" para las cuentas de prepago, vinculadas a un servicio de transferencia con la tarjeta de nómina, y presentó la idea a las líneas de cruceros. Esto permitiría a los operadores de buques cambiar la remuneración en efectivo por un pago electrónico. La tripulación cobraría electrónicamente y podría enviar dinero a casa sin salir del buque. La idea cuajó.

Tras vender ese negocio, lanzó la segunda versión, ShipMoney, aprovechando las lecciones aprendidas de los cruceros para el sector del transporte marítimo comercial. "El transporte marítimo comercial siempre ha sido más difícil porque sólo hay 20-25 personas a bordo en lugar de mil", explica Ostrow. El sistema ha evolucionado de modo que una parte del pago es un anticipo en efectivo y otra parte se envía por cable a casa.

"La evolución de una billetera electrónica es la solución perfecta: recibir el pago en una cuenta virtual, que luego puede transferirse a una cuenta bancaria o enviarse a través de una empresa de transferencia de dinero", dice Ostrow.

Si la gente de mar lo prefiere, se puede dar a los miembros de la familia una tarjeta física que se puede cargar con fondos mientras el marino está a bordo. "Intentamos que nuestras soluciones sean lo más flexibles posible para el sector, así como la situación actual con los rusos y ucranianos", añade Ostrow. "Nunca imaginamos que hubiera una situación en la que hubiera una población dentro de la industria marítima que no pudiese cobrar".

La iniciativa de pago virtual es escalable; las cuentas virtuales pueden crearse casi instantáneamente en cuanto se dispone de la información necesaria. "Algunos marinos dijeron que no querían que se les pagara su dinero en Rusia. Al igual que en la situación de Myanmar a principios de año, donde los marinos no querían que su pago fuera a los bancos estatales, les ofrecimos tarjetas virtuales de la misma manera. Esto permite que los marinos reciban un pago flexible".