Los riesgos de origen político tales como actos bélicos, guerra civil o internacional, levantamiento militar o civil, huelga, motín, cierre patronal, disturbios sociales, nacionalización, etc., son eventos donde el mercado asegurador y reasegurador dispone de soluciones con coberturas especificas a daños materiales que puede sufrir el asegurado a razón de que estos riesgos políticos se configuren como un siniestro.

En ese sentido, Víctor Maulén, encargado de Seguros para Carga y Logística Internacional de BrokerComex, explica que, los aseguradores establecen garantías frente a la posibilidad de un riesgo cierto, “actualmente estas se traducen en incorporar a la aventura logística, tecnología que permita identificar en tiempo real (con monitoreo de la carga de puerto a puerto) la exposición a los riesgos en ruta”.

Asimismo, agrega, al estar ante una zona de conflicto declarada y establecida por los organismos correspondientes, existe la posibilidad de que un asegurador decida no tomar ese tipo de solicitudes, o establecer condiciones que son, a primera vista, desfavorables para el propietario de la carga. Sin embargo, para estos casos Maulén indica que “la recomendación siempre será resguardar el capital de trabajo del propietario de la carga mediante seguros, pagando la sobreprima correspondiente”.

Aseguradoras y zonas de conflicto

Para el caso de la guerra entre Rusia y Ucrania, Leopoldo Ormeño, encargado de Administración y Finanzas y Control de Gestión en BrokerComex, explica que el mercado asegurador y reasegurador ha tomado medidas como encarecer el costo de las primas, con el fin de contrarrestar las pérdidas de todos los eventos indemnizados en el corto plazo. Además, se han tomado acciones de limitación con el objetivo de excluir al mar Báltico de todas las coberturas.  

Para los casos de violencia en la Araucanía, en el sur de Chile, Ormeño dice que “actualmente en el mercado chileno podemos observar altos deducibles, y limitaciones a sectores específicos en las localidades de Arauco, Cañete, Contulmo, Curanilahue, Mulchén y Nacimiento, en la región del Biobío; y localidades como Galvarino, Lautaro, Padre las Casas, Toltén, Collipulli, Curacautín, Nueva Imperial y Victoria, en la región de la Araucanía”.

En esa misma línea, señala que “la suscripción se ha vuelto un verdadero desafío, antes se solicitaban antecedentes primarios tales como: tipo de carga, embalaje, origen y destino. Hoy en día debemos tener mucha más prolijidad en el mercado asegurador para tomar riesgos inciertos dado los eventos políticos actuales. Se consideran en mayor medida las rutas en la aventura marítima, la logística de distribución, la capacidad operativa del buque o nave, etc.”.

Cabe mencionar, además, que el aumento de costos en seguros en estos casos puede ser un incentivo para que los propietarios de la carga opten por no asegurarla. Así lo explica Maulén, quien dice que este factor es uno de los tantos incentivos que se plantea el beneficiario a la hora de desistir en tomar un seguro. “Otro incentivo es considerar que no es necesario. Lamentablemente, a esas organizaciones hay que mostrarles las estadísticas de una posibilidad de riesgo cierto, las que dictan que es necesario establecer estrategias que permitan disminuir los riesgos sobre los cuales no se tiene ningún control”. 

Leopoldo Ormeño concluye que “entender el impacto de la gestión de riesgos en nuestra operación o en la de nuestros clientes nos permite entregar mejores soluciones que pueden generar un verdadero impacto a sus resguardos patrimoniales o capital de trabajo”.