El transporte marítimo está siendo un tema candente de alto perfil en la COP27 en Egipto:  donde los asistentes deben centrar la atención en cómo los enfoques aislados de la industria hasta la fecha pueden integrarse en un conjunto mucho más amplio. En ese contexto, los compromisos principales para descarbonizar el transporte marítimo finalmente se están incorporando a la transición energética más amplia. Los resultados de la COP de este año pueden tener un perfil más bajo como resultado, pero un progreso más sustancial puede provenir de la alineación de los planes de transición energética del gobierno con la preparación de la industria, proyecta un artículo de Lloyd’s List.

El último Informe sobre la brecha de emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente revela que solo se han eliminado 500 millones de toneladas de la brecha de 17.000 millones a 20.000 millones de toneladas del año pasado entre la tasa anual de emisiones de dióxido de carbono que debería estar en 2030 para ofrecer una oportunidad de limitar el calentamiento a 1,5°C por encima de las temperaturas preindustriales, y lo que está implícito en las promesas políticas sobre la mesa.

El transporte marítimo apenas se registra en los planes de contribución nacional que se examinan en la COP27 (solo el 4% hace alguna referencia al transporte marítimo), pero como descubrió el reciente informe de la ONU, la industria está al menos "parcialmente encaminada" en lo que respecta a tecnología, política y suministro de combustibles cero emisiones escalables.

De acuerdo con el artículo, el transporte marítimo se ha visto abrumado por los compromisos, pero el enfoque de la COP27 es traducir eso en una implementación tangible y también, quizás de manera contraria a la intuición, hacer que la discusión sea menos sobre el envío. Esto porque centrarse únicamente en la descarbonización de la industria del transporte marítimo no solo es insuficiente, sino que no estaba funcionando, puesto que los proyectos de escalamiento están lamentablemente atrasados y con riesgo de Estancarse.

Cambio de enfoque

Los informes que detallan el progreso hacia los hubs y corredores verdes, tendrán una diferencia notable en el tono y la sustancia durante la COP27. Los debates principales ahora son acerca de hacer coincidir las ambiciones energéticas de los gobiernos con el ecosistema marítimo más amplio y adoptar una visión más holística de la colaboración requerida para desarrollar la tecnología, las políticas y los incentivos que se necesitan para avanzar. Y ese progreso no se trata sólo de inversión y financiamiento.

Se trata de resiliencia climática, inclusión social y crecimiento económico sostenible. También se trata de posicionar al transporte marítimo como un facilitador de proyectos, capaz de ayudar a construir resiliencia en las cadenas de suministro y las comunidades.

Si bien esto puede sonar más nebuloso, el enfoque aislado hacía corría el peligro de dejar el transporte marítimo a merced de otros sectores. Ese peligro no se ha evaporado, por lo que se requiere un diálogo más sustantivo y positivo entre los gobiernos y la industria, con el transporte marítimo presentándose como una solución en lugar de un problema a superar en el futuro.

El transporte marítimo no se está descarbonizando de forma aislada y hay otros sectores igualmente ambiciosos y posiblemente más listos para luchar por el mismo suministro de combustible sin carbono que se está discutiendo durante los próximos 13 días de negociaciones globales.

Importancia del contexto

El hecho de que al menos 90 países hayan señalado ahora que están preparados para elevar a cero la ambición de reducción de emisiones de la Organización Marítima Internacional para 2050, es útil en el contexto de estas discusiones.  Si ese impulso puede volver a traducirse en avances de la OMI cuando el Comité de Protección del Medio Marino comience en diciembre está por verse. Los representantes ministeriales que asisten a la COP rara vez son las mismas personas que asisten a la OMI, sin embargo, este enfoque más holístico que persigue la industria busca unir los puntos y garantizar la alineación.

Pero si llega a producirse un escenario optimista y los aspirantes a la industria que se dan la mano en Sharm El Sheikh en torno a suficientes compromisos públicos y privados para suscribir la inversión de descarbonización upstream de US$1.4 billones requerida, la preparación técnica de la industria también deberá alinearse con una serie de proyectos integrados más globalmente.

El suministro de combustible, la claridad normativa y la espinosa cuestión de quién paga el diferencial de costos en la transición energética sin carbono dependen de que el transporte marítimo pueda posicionarse dentro del diálogo global más amplio sobre la transición energética.