En Egipto se está celebrando la última edición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27). El ambiente del presente evento es muy diferente al de la última COP celebrada en Glasgow, debido al deterioro del entorno económico y la guerra en Ucrania. Sin embargo, las condiciones meteorológicas extremas, el aumento de las temperaturas globales y el impacto del cambio climático en los mercados emergentes han supuesto un impulso, según explica Ti.

En cuanto al transporte y la cadena de suministro, no está claro si habrá una actualización de los avances hacia los objetivos de la Declaración de Clydebank, un acuerdo firmado en la COP26 por 22 países (a los que se sumó Singapur para llegar a 23) que pretende descarbonizar las rutas marítimas compartidas.

De acuerdo con TI, en general, parece que la COP27 no tendrá un nuevo impacto material en la industria de la logística y la cadena de suministro. Los objetivos que se fijaron en la COP26 siguen vigentes, pero parecen cada vez más inalcanzables a menos que se produzca un cambio radical en la política gubernamental. 

El sector del transporte marítimo sigue dividido en cuanto a la mejor ruta hacia la descarbonización; los combustibles sostenibles para la aviación siguen estando muy lejos para el sector de la carga aérea y las posibilidades de que se adopten de forma generalizada los trenes de propulsión alternativos en el sector del transporte por carretera antes de 2030 son escasas, sobre todo debido a los elevados costos de la electricidad.

Contribuciones definidas a nivel nacional 

Es más probable que la conferencia se centre en la transferencia de fondos del mundo desarrollado al emergente para ayudar a sufragar los costos de adaptación de las infraestructuras. Incluso esto puede ser ambicioso dado el débil estado de la economía mundial y el pobre historial que tiene el mundo desarrollado a la hora de cumplir sus actuales promesas de préstamos y ayudas.

Por otro lado, según los organizadores del evento, la COP27 es un momento para que los países cumplan sus promesas y compromisos de cara a la consecución de objetivos por lo que “este año debería ser testigo de la aplicación del llamado del pacto de Glasgow [COP26] para revisar la ambición en las NDC (contribuciones definidas a nivel nacional) y crear un programa de trabajo para la ambición en materia de mitigación".

Las NDCs son esencialmente los objetivos a los que se compromete cada país en términos de reducción de emisiones de carbono. Actúan como una hoja de ruta hacia las emisiones netas cero y los países informan de sus progresos cada cinco años. Los compromisos de la COP26 incluían la aspiración de mantener el calentamiento global en 1,5 grados y "movilizar" al menos US$100.000 millones en financiamiento climático. 

Sin embargo, como advirtió Alok Sharma, presidente de la COP26, "actualmente no estamos en una senda que permita mantener 1,5 grados. Y aunque comprendo que los líderes de todo el mundo se han enfrentado a prioridades que compiten entre sí este año, debemos ser claros: por muy difícil que sea nuestro momento actual, la inacción es miope y sólo puede aplazar la catástrofe climática".