A mediados de este mes de enero se han iniciado las obras para la construcción del primer buque ro-ro a vela. Se trata de una iniciativa que forma parte del proyecto piloto Neoliner, el cual está financiado por una asociación pública-privada que apoya CMA-CGM en el astillero turco RMK Marine.

El nuevo buque contará con 136 metros de eslora y unos mástiles abatibles de 76 metros de altura, una construcción única en el mundo. Sobre estos mismos se desplegará un velamen de 3.000 m², que servirá como principal fuente de energía del barco, aunque también funcionará a base de un motor diésel auxiliar para maniobras portuarias y servicios puntuales.

Otro detalle de este buque es que tiene capacidad para mover hasta 1.200 metros lineales de carga o 265 TEUs, con una máxima de 5.300 toneladas. Se estima que la embarcación integrará seis camarotes dobles para acoger a doce pasajeros, así como a una tripulación de trece profesionales.

Esta novedosa iniciativa implicará una inversión de más de 60 millones de euros, con la que se quiere ofrecer una solución asequible y eficiente para descarbonizar los servicios transatlánticos de transporte marítimo.

El operador marítimo lleva tiempo apostando por soluciones sostenibles que mejoren la condición actual del medioambiente. Un ejemplo de ello es que, CMA-CGM ha realizado un pedido de siete portacontenedores alimentados con biogás para realizar las rutas que unen Francia con Guadalupe y Martinica. El grupo naviero galo quiere incluir estas embarcaciones poco a poco hasta 2024 para reemplazar a otras de menor tamaño que actualmente cubren estos servicios.