Una serie de nuevas restricciones sobre el número de pasajeros y los tipos de combustible está cambiando el sector de los cruceros en todo el mundo. Los puertos y operadores de cruceros se enfrentan a la creciente preocupación por el turismo excesivo y los daños medioambientales, por lo que están introduciendo cambios importantes, informa WSJ.

Presión en los muelles

Algunos puertos atacan el problema del turismo excesivo limitando el número de personas que pueden desembarcar. A partir de abril, Bar Harbor (Maine, EE. UU.) limitará el número de cruceristas a 1.000 al día, mientras que Juneau (Alaska) introducirá límites de 16.000 visitantes diarios (12.000 los sábados) en 2026.

Qué significa esto: “Si un destino es inaccesible, [las líneas de cruceros] trasladan la recalada del buque”, afirma Robert J. Kwortnik, profesor de la Escuela Nolan de Administración Hotelera de la Universidad de Cornell. Para adaptarse a los nuevos topes, sólo dos de las ocho nuevas travesías de Virgin Voyages por Alaska incluyen escalas en Juneau.

Cruceros menos contaminantes

El sector de los cruceros se está volviendo más ecológico, adoptando combustibles más limpios y exigiendo energía eléctrica en tierra. En 2027, el puerto de Seattle, por ejemplo, exigirá que los buques con puerto base se conecten a una fuente de electricidad mientras estén atracados para reducir las emisiones de carbono. Noruega prohibirá el acceso a sus fiordos en 2026 a los buques que no dispongan de sistemas de combustible alternativo.

Esto se traduce en puertos más silenciosos y aire más fresco. Es de esperar que se presenten más naves ecológicas para destinos como Noruega. Algunos de los que ya cumplen los requisitos para navegar allí son el “Havila Pollux”, propulsado por GNL, y el “MS Nordlys”, propulsado por baterías híbridas, de Hurtigruten.

Además de sus próximas normas sobre tipos de combustible, Noruega también ha limitado los buques que viajan a costas frágiles, como Svalbard, a los que transportan menos de 200 pasajeros, en consonancia con las Islas Galápagos, que tienen un tope de 100 pasajeros.

Revisión de rutas

Los grandes destinos europeos desaparecerán de los itinerarios más populares. Ámsterdam reducirá sus recaladas anuales a 100 buques de aquí a 2026, mientras que las restricciones de Venecia implican que probablemente verá más navegaciones con recaladas en las cercanas Rávena y Trieste.

Lo que esto significa: Los itinerarios de ensueño podrían cambiar. Princess Cruises cambió recientemente Santorini por Creta en sus cruceros Sun Princess, alegando “congestión de cruceros”.