Los portacontenedores Panamax Clásicos, con capacidades entre 4.250 y 5.300 TEUs, han experimentado una evolución marcada durante la última década, pasando de ser considerados buques en riesgo de obsolescencia a consolidarse como activos relevantes en rutas regionales y de comercio Norte–Sur, reportó Alphaliner. 

La apertura de las nuevas esclusas del Canal de Panamá en 2016 generó incertidumbre respecto del futuro de estas naves, que habían sido diseñadas precisamente para las dimensiones del canal original. En ese mismo periodo, el mercado de fletamento enfrentaba valores mínimos que apenas cubrían los costos operativos, lo que llevó a pronosticar un incremento en el desmantelamiento de este tipo de buques.

Sin embargo, a partir de 2017 el escenario comenzó a revertirse. La recuperación del comercio permitió que muchas de estas naves encontraran nuevas oportunidades de empleo en rutas alternativas. Con ello, las tarifas de arriendo subieron desde niveles cercanos a US$5.000 diarios en 2016 hasta US$10.000 en 2018 y US$14.000 en 2019 para contratos de 12 meses.

El repunte de la demanda tras la pandemia impulsó aún más el mercado. Hacia fines de 2020, los buques de 4.250 TEUs alcanzaron tarifas superiores a US$20.000/día, seguidas por niveles sin precedentes en 2021 y 2022, cuando los valores para contratos de periodo superaron los US$80.000–100.000 por día y los empleos de corta duración llegaron incluso a sobrepasar los US$200.000/día.

En 2023 se produjo un ajuste significativo, con tarifas que retrocedieron a cerca de US$25.000/día. No obstante, un nuevo impulso de la demanda permitió que en 2024 los valores volviesen a situarse alrededor de US$50.000/día para contratos anuales. En 2025, pese a la moderación de las tarifas de flete, las tarifas de fletamento se han mantenido relativamente estables, con la mayoría de los acuerdos fijados por 36 meses a valores entre US$30.000 y US$35.000 diarios.

En una década, estas naves han pasado de enfrentar dudas sobre su continuidad operativa a registrar un aumento de tarifas de fletamento equivalente a diez veces su valor mínimo, consolidándose como un caso destacado de resiliencia en el mercado de portacontenedores.