Se espera que el transporte marítimo car carrier continúe su recuperación con respecto a 2016, respaldado por la mejora de la utilización de espacios. Sin embargo, el aumento de la localización de la producción y la amenaza de guerras comerciales demorarán el incremento del transporte de vehículos nuevos, mientras que la eficiencia operacional de las navieras se verá amenazada por la aparición de nuevas rutas y puertos de escala, señala el Finished Vehicle Shipping Annual Review and Forecast 2018/19 publicado por Drewry, reporte al que tuvo acceso MundoMaritimo.

De acuerdo al informe, el transporte marítimo de vehículos nuevos se ha recuperado fuertemente de un mínimo en 2016, registrando un crecimiento de casi el 6% en 2017, alcanzando los 37,5 millones de CEUs. Mientras tanto, el crecimiento en la flota especializada se ha estancado, obligando a los buques inactivos a volver a las operaciones, además se espera que la situación continúe así al observarse una lista de órdenes de construcción en un mínimo histórico.

Lo anterior apoyará el aumento de la utilización de espacios y el incremento de las tarifas de fletes en los próximos cinco años, pero si los buques apenas alcanzan el punto de equilibrio, esto no será suficiente para alentar una mayor inversión en el sector.

"A pesar de la mejora en la utilización y de un portafolio de pedidos récord, los armadores y operadores están retrasando la adquisición de capacidad, ya sea a través de órdenes, ventas o charteo de tonelaje, ya que la incertidumbre comercial pesa en el mercado", aseguró Tom Ossieur, director de Car Carrier de Drewry.

Solo se compraron cuatro buques car carrier durante la primera mitad de 2018, mientras que la actividad charter sigue centrada en los contratos a corto plazo.

Desafíos

Según el análisis de Drewry, la reciente recuperación en el comercio de vehículos terminados está siendo desafiada por la amenaza de mayores aranceles, el aumento de la localización de la producción y un cambio en el crecimiento de las ventas de automóviles desde los mercados maduros a otros más emergentes e inestables.

Estos desarrollos significan distancias de transporte más cortas y recaldas de puerto más frecuentes y más largas, a menudo a terminales menos eficientes, lo que reducirá la eficiencia operativa de los buques. Mientras tanto, el aumento de los costos del bunkering y las inminentes regulaciones sobre combustibles con bajo contenido de azufre que entrarán en vigor en 2020 aumentarán los costos. Estos son vientos en contra de la recuperación en la rentabilidad tanto de los armadores como de los operadores de naves.

Perspectivas

"En general, la eficiencia de los transportistas ha disminuido en un 39% desde 2007, ya que los buques navegan a velocidades más lentas y pasan más tiempo en los puertos", dijo Ossieur. “Drewry no prevé mejoras significativas en el futuro. Las velocidades más bajas, las rutas más cortas y los desequilibrios de las rutas comerciales están aquí para quedarse ", aseguró.

Aun así, el lento crecimiento de la oferta proporcionará soporte al equilibrio de la relación entre la oferta y la demanda, y se prevé que la utilización de espacios de los buques car carrier alcance el 86% para 2022. Pero la incertidumbre del mercado y los riesgos a la baja continuarán afectando la actividad charter, los periodos de tiempo de charteo y las tarifas charter a plazo.

El mayor enfoque en el segmento High & Heavy, así como en la carga fraccionada y de proyectos, proporcionan cierto alivio, ya que los operadores han pedido diseños de naves más flexibles en los últimos años. Pero algunos rechazan las adiciones de la flota en favor de las inversiones logísticas en puertos y en tierra que ofrecen mejores rendimientos.

La aparición de nuevos puertos ha impulsado la demanda de transbordo y, como resultado, los volúmenes de puertos de vehículos aumentaron en más del 8% en 2017.